4/10/12

"Emperatriz de Lavapiés"



En el primer post no pude pararme en detalles, porque una introducción tan escueta no se los puede permitir. Pero desde luego, no puedo abrir un blog sin hablar de Madrid, como dije, MI Madrid.


Leyendo una magistral entrevista a Joaquín Sabina (lean que no tiene desperdicio http://www.jotdown.es/2012/09/joaquin-sabina-la-gloria-fue-la-mandragora-lo-de-despues-es-una-cosa-mas-bullanguera-mas-de-la-chusma/ ), me sorprendió pensar como él en lo referente a la capital. Decía, y cito textualmente: “Madrid nunca ha tenido una lírica o una poética, porque a los madrileños que habían nacido en Madrid les parecía, Madrid, lo más normal del mundo. Esa lírica la hemos hecho los emigrantes.”

Completamente de acuerdo porque los que llegamos de fuera, los pueblerinos, somos aquellos que quedamos encantados con la cotidianidad que los de allí no saben apreciar.





Cuando llegué, hace 5 años, no podía ni imaginarme todo lo que ese pueblucho castizo con poco de gran ciudad me podía ofrecer. Pero me dejé envolver, cerré mis sentidos a cualquier juicio mal formulado y me dediqué a entregarme a sus calles.


El primer año anduve de sorpresa en sorpresa, todo lo que no me esperaba de Madrid salió a mi encuentro. Sus calles, sus cafés, su templo de Debohd, su Gran Vía, su Palacio. Todo nuevo y resplandeciente a la mirada ingenua.

Más tarde conocí sus noches, pero no las comunes, no. De eso, ¿para qué hablar? Conocí las noches de los antros más originales y divertidos. No puedo hablar de Madrid sin nombrar “La Antigua” donde se retrocede a los mejores años de la música pero también a los peores y donde he vivido momentos memorables.
Como podéis leer: La Antigua, HappyPub
El Ya’sta (http://www.yastaclub.net/) también tiene lo suyo. Rock and roll, mucho maduro caracterizado, concursos de pin ups y una capilla del rollo de Las Vegas, en la que oficia ceremonias un tipo llamado Rafael Vis. Quise casarme, pero entre tanto temazo se me olvidó.

Pero vamos a lo profundo, al alma de nuestra ciudad. Aunque Madrid parece un sitio previsible, no lo es en absoluto. Hablando el otro día con Helen, mi amiga inglesa, me dijo que lo que más le había llamado la atención era la locura de la gente y los “Menús del Día”.

Pues bien, yo no voy a recomendar un “Menú” pero sí recomendaré una tranquila tarde por el centro para respirar esa locura, esa chispa. Sin comerlo ni beberlo puedes encontrarte con estos grandes. Son el Grupo Ernest, te alegran cualquier día rojo con su carisma y su repertorio. Yo los encontré por casualidad, como todo lo que encuentro en esta vida, y me quedé engatusada para siempre.


Seguiré hablando de Madrid, de MI Madrid. Pero eso será otro día y a otra hora.
P.D. A todos los que habéis formado parte de MI ciudad, va por vosotros.

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