28/10/12

Step by Step


Para empezar este post tengo que mencionar lo que lo ha inspirado. Una entrevista que tenía en el olvido de Ana Pastor al Secretario General de Cáritas. Merece la pena verla por ver la humildad en la expresión y en la explicación, la crítica y la solidaridad. Pero lo que me ha llevado a escribir de nuevo, ha sido la frase lapidaria que dice Sebastián Mora al final de la entrevista, es de un sociólogo y ha hecho que me replantee muchas cosas: “Lo que hoy es real, alguien dijo un día que sería imposible”.

Tan cierto y tan evocador como la propia vida. Y perdonen la intensidad, pero es así. Hay días que me cuesta levantarme, saber que es un nuevo día de batalla y seguramente desesperación por no ver resultados. Pero también, y pese a los momentos difíciles, tengo muchos días de ilusión, valentía y positivismo.




No hay imposibles, aunque la cotidianidad a veces nos los haga ver así. Nadie debería rendirse, pase lo que pase la lucha siempre debería ser la mejor de las opciones. Buscar sonrisas, reír a carcajadas o que la alegría te cale hasta los huesos, no todo va a ser malo.

Las hojas de los árboles ya están cayendo, las arrastra el viento haciéndolas bailar al ritmo de su melodía infinita. Pero aunque caigan volverán a nacer. Y la vida se compone de eso: etapas. Momentos buenos, momentos malos. Fracciones de segundo en los que crees haber encontrado la magia que te impulsa. Y ahí está, latente.

Por eso mantengo la calma, en el fondo sé que algún día podré decir que todo va bien. Porque cuando menos lo planeas, cuando piensas en otras cosas, pasa la vida y pasa lo inesperado. Y de eso se trata. De no esperar sabiendo que pasará. Que el río al final desemboca y que todo comienza de nuevo. La felicidad está en un café, en un paseo o en una buena lectura. Sólo hay que saber tratarla.




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